Jim Amaral Jim Amaral ha sido un prolífico dibujante, escultor, pintor, ensamblador y grabador, cuyo trabajo ha enriquecido el horizonte del arte colombiano en cada una de las modali- dades mencionadas aportándole excelencia en el oficio al igual que una imaginación sin límites. Su trabajo conduce al observador a reflexiones que cubren desde la prehistoria hasta el futuro y desde los solaces terrenales de la sensuali- dad hasta los insondables misterios del espacio sideral. En esta exposición el artista presenta varios de sus espléndidos dibujos, algunos bidimensionales (aunque con pequeños atados que sugieren talismanes, entre el vidrio y el papel), en los cuales la imagen central, que pareciera representar un momento determinado en una narración entre sensual, divertida y peligrosa, aparece circundada por diseños abstractos que se extienden hasta el marco conformando una animada y deleitable policromía. Otros dibujos se hallan ejecutados sobre pequeñas y delicadas casas en madera dotadas de música, cuyos techos se levantan para descubrir sorpren- dentes objetos y representaciones poniendo de relieve el ánimo lúdico que permea buena parte de su obra. También se incluyen en la muestra algunas de sus piezas de tipo antropomorfo en las cuales hombres y mujeres sorprendentemente asexuados (si se tiene en cuenta la enfática representación de genitales en la mayoría de sus obras), aparecen con un disco en el pecho que unido a su inmovilidad y hieratismo hacen pensar en descubrimientos de una arqueología futura. La mayor parte de las obras incluidas en la muestra, sin embargo, son construcciones en donde la geometría juega un papel preponderante. Pero no la geometría de orientación óptica o constructivista propia del arte de las últimas décadas, sino de una geometría a la que puede encontrarse alguna relación con la geometría de Kan- dinsky en cuanto a que sus propósitos son más espiritua- les que algebraicos y a que atañen a una dimensión en la cual el alma es la protagonista. Entre estas últimas piezas figura una serie denomina- da Arboles conformada por obras cuya parte inferior está invariablemente constituida por un paralelepípedo dentro del que aparecen algunos elementos derivados de los sólidos platónicos, al igual que los elementos que apare- cen en la parte superior y con los cuales establecen un diálogo que tiene ecos esotéricos. Estos elementos invitan al observador a interactuar con ellos puesto que algunas de sus partes, dotadas de movimiento, producen sonidos como de otros mundos, ondas sonoras de otros tiempos revividas por el ánimo atemporal del trabajo de Amaral. Su inclinación por los sonidos se complementa con unas campanas que generan una musicalidad conectada con rituales religiosos, algunas de las cuales se hallan ornamentadas por espirales, símbolos del pensamiento cíclico en diversas propuestas filosóficas, espirituales y estéticas. La obra de Amaral no deja duda de la omnipresencia del inconsciente en su trabajo, y parece dirigida a recordar que el ser humano es más que cuerpo, así como a poner de manifiesto que hay acaecimientos, situaciones y elementos ocultos a la percepción sensorial a la lógica y a la razón. —Eduardo Serrano JA 0 2

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg5NjMy