Sumergirse en la obra de Olga de Amaral es asir un universo en el que cada una de las formas que se despliegan en sus obras de arte nos ofrece diversos mundos en movimiento, secretamente determinados por elmisteriosohalode la poesía. Sus creaciones, que la destacan y comprometen como la más reconocida artista colombiana de todos los tiempos, son el incesante encuentro de los símbolos primigenios del hombre que hilo a hilo van significando el trasegar de sus pasos sobre la Tierra, para constituirse en un cósmico poema que nos habla desde una antiquísima memoria, recordándonos que la vida es también un largo tejido en cuyo enigmático devenir nos enfrentamos siempre al antes y al ahora de nuestrasmás secretas obsesiones. Tal vez por ello para esta artista, cuyo trabajo es admirado en losmás importantesmuseos y galerías del mundo, la morfología de sus obras constituye un regalarnos lo que quizá muchas veces hemos olvidado: la plenitud de lo que somos, la percepción de lo que fuimos, la representación de la búsqueda de todas nuestras pluralidades. Animada por esos signos en rotación que constituyen toda pieza creativa, Olga de Amaral emprendió hace ya varias décadas su trascendental obra, hija de un tiempo y una historia que se tejen desde sus manos, como una paradigmática y permanente exaltación de la luz, porque es precisamente esta –en sus propias palabras– la que constituye el epicentrode todas sus obras. Plunging into the work of Olga de Amaral is grappling a universe in which each of the forms that unfolds in her works of art offers us diverse worlds in movement, secretlydeterminedby themysterioushalo of poetry. Her creations, which distinguish and mark her as the most renowned Colombian artist of all time, reveal the incessant encounter of the primal symbols of man, signifying the transition of her paces on Earth, becoming a cosmic poem that speaks to us from ancient memories, reminding us that life is a long, woven fabric in whose enigmatic manifestations we always face the past and the present of our most secret obsessions. Perhaps this is the reasonwhy, for an artist whosework is admired in the most important museums and galleries around the world, the morphology of her works constitutes a gift, which perhapswe often forget: the fullness of what we are, the perception of what we were, the representation of our search for all our pluralities. Encouraged by those signs in rotation that constitute every creative piece, Olga de Amaral began her transcendental work several decades ago, as daughter of a time and history that is woven fromher hands, as a paradigmatic and permanent exaltation of light. It is precisely this characteristic which —in her own words—constitutes the epicenter of herwork. We then see how, among the multiple suggested gleams, small acts expandand standout ineachof her Imágenes enmovimiento Amparo Osorio Moving images 5
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