La primera vez que me acerqué a sus tapices tuve la sensación de haber presenciado algo míti- co. Y es que sus tejidos hablan de la profundidad de la tierra y relatan, o mejor, insinúan, historias de vida que nos remontan a lo más ancestral de nuestro pasado y a la naturaleza. Al sol fundador de las culturas precolombinas, pero también al sol cotidiano que da color al trigo y abraza las espaldas de los hombres y las mujeres que lo cultivan. En cada tapiz de Olga de Amaral se descubre el corazón del mundo, simple y a la vez capaz de moverlo todo. En sus tejidos se encuentra saberes y técnicas tradicionales, formas de tejer y por tanto, formas de pensar. Tejer es un acto de pensamiento y los tapices su representación. En los años sesenta, Olga de Amaral fundó el departamento de textiles de la Universidad de los Andes de Bogotá, y simultáneamente, dio lugar a una obra que se sitúo a la vanguardia de movimien- tos artísticos ligados a la tapicería en los que se encuentran nombres como Magdalena Abakanowicz de Polonia, Josep Grau Garriga de Cataluña o Jagoda Buic de Yugoslavia. Luego de haber sido exhibida en espacios tan representativos para el arte moderno como el Museo Metropolitano de Nueva York, el Instituto de Artes de Chicago, los Museos de Arte Moderno de París y Nueva York, entre muchísimos otros, la obra de Olga de Amaral llega a Madrid. Olga de Amaral “es la artista tejedora más importante que tiene Colombia y de mayor reconoci- miento nacional e internacional”, según la especialista en el arte textil contemporáneo, María Teresa Guerrero. Y, según Jack Lenor Larsen, uno de los diseñadores más innovadores y prestigiosos a nivel mundial,“la fuerza tranquila de su obra quedaría explicada por un principio de acción similar al de los arbotantes de las catedrales góticas. Estas fuerzas y contrafuerzas son las siguientes: pasión en contra de la lógica, la sensibilidad en contra de la organización y la espontaneidad en contra de la disciplina”. Como Embajadora de Colombia en España, agradezco a Olga de Amaral el haber acogido nues- tra invitación a exhibir su obra en el centro cultural “Casa de Vacas”, del Parque del Buen Retiro. Un lugar donde la naturaleza es contundente y en el que día tras día, se tejen y tejen historias como las que dieron vida a los tapices de esta magnífica exposición que aborda finalmente lo esencial de nuestra memoria e identidad. —N o e m í S a n í n P o s a d a embajadora de colombia en España 3

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