· 3 · Te j i e ndo l a s a b i du r í a L as mujeres de mi país son capaces de coserle un botón al viento : recuerdo este verso del poeta colombiano Juan Manuel Roca cada vez que traigo a mi memoria alguna de las impactantes obras de Olga de Amaral. Pero ella, a diferencia de una abuela sentada a la máquina de coser, se ha dedicado a hilar obras de arte como ninguna otra tejedora de nuestro tiempo. Olga de Amaral, ciertamente no cose, porque no tiene fisuras para unir. Ella teje, en su telar, que es, según sus propias palabras “un mapa del ser humano y del mundo, una perspectiva del universo”. El trabajo artístico de Olga de Amaral es el producto de una reflexión permanente sobre el sentido de hilar una “cuerda”, como ella llama a sus hilos únicos, con otra, hasta lograr sus estructuras de colores profundos, de oro o de plata, en sí mismos una revelación. Olga de Amaral, con sus manos creadoras, ha puesto el oficio del tejedor en la cima de las artes plásticas. Mujer, tejedora, andina, Olga de Amaral ha roto todo esquema del modernismo para E l Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia se complace en presentar la exposición de la maestra Olga de Amaral en el marco del Plan de Promoción de Colombia en el Exterior en cuya obra queda plasmada una visión muy particular de nuestra realidad. Esta brillante artista, ciertamente, en sus hermosos telares, logra una abstracción del paisaje andino cuya calidad es difícil de superar por otro tipo de manifestación en las artes. Olga de Amaral crea piezas en las cuales el brillo del oro y la plata son reminiscencia simbólica de los metales preciosos de las culturas precolombinas. Así mismo, mediante su trabajo de tejedora, recobra el valor ritual de una práctica ancestral de las tierras americanas: la del telar, que en su caso, pierde el sentido utilitario y deviene en arte. La creación de Olga de Amaral es, así, un espejo de una Colombia altamente creativa y da fe de su enorme talento que bien ha sido reconocido por la crítica nacional e internacional. Los logros de su exitosa carrera, y su activa participación en las principales salas de exposición de todos los continentes convierten a Olga de Amaral en una de nuestras más respetadas y queridas embajadoras para el mundo. Esperamos que esta muestra sea viva fe de ello. C a r o l i n a B a r c o Ministra de Relaciones Exteriores generar una obra conmovedora que no admite clasificación. Su trabajo es, sí, producto de una dedicación pasional a la creación de texturas descritas por la crítica como espacios ruituales, como superficies sacras, en las cuales se plasman la tradición de los tejidos andinos, el valor simbólico precolombino de los metales preciosos, y la abstracción más profunda del paisaje. Olga de Amaral recupera también la dimensión estética de un oficio que se transforma en arte dado el dominio de la técnica y la maestría del resultado. La sapiencia de sus manos de artista -y la de su equipo de tejedoras-, la pasión por los materiales y la impecabilidad de la obra hacen de cada uno de sus trabajos, piezas con vida propia. Estar frente a una creación de Olga de Amaral es como estar ante a una trama imbuida de gracia. Todo ello anima al Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia a presentar con beneplácito, y con orgullo, esta importante exposición. Espero que el público europeo encuentre la muestra tan apasionante como yo. M a r í a C l a u d i a Pa r í a s D u r á n Directora de Asuntos Culturales Ministerio de Relaciones Exteriores

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